Cuando termina el verano y comienzan a llegar los días de frío, se dice que se da por finalizada la temporada de piscinas. ¿Pero qué hacemos con la piscina durante los meses en los que dejamos de usarla? ¿Olvidarnos de ella? Nada más lejos de la realidad.

Si no prestamos atención a nuestra piscina durante los meses de invierno, es probable que comiencen a formarse algas y que el agua comience a pudrirse, generando malos olores y la deposición de sedimentos. Además, el agua se puede evaporar hasta que se seque por completo.

Esto es contraproducente porque puede restar resistencia a las propias paredes de la piscina y con ello puede deteriorarse de manera muy rápida. Por ejemplo, es habitual que surjan grietas, deformaciones y otros desperfectos que irán deteriorando la piscina invierno tras invierno.

Para prevenir todos estos problemas se realiza el invernaje de la piscina. Este consiste en el acondicionamiento de la misma y en la aplicación de algunos productos químicos en el agua para mantener sus propiedades y que los costes de mantenimiento y de puesta en marcha durante la siguiente temporada de verano sean menores. Es un proceso barato y sencillo que puede ayudar a preservar al máximo el agua, evitando la proliferación de algas y de insectos.

Viendo todas las ventajas que tiene, en este artículo vamos a hablar del invernaje de las piscinas y de cómo podemos prepararlo, paso a paso para no cometer ningún error que tenga consecuencias de cara a la siguiente temporada.

Invernaje de piscinas: cómo prepararlo paso a paso

El proceso de invernaje debe empezar nada más se da por finalizada la temporada estival, ya que es recomendable que el agua de la piscina ya tenga una temperatura por debajo de los 15ºC.

Debes vaciar una pequeña cantidad de agua por precaución, ya que puede que las lluvias provoquen su desbordamiento, aunque no debes vaciar demasiada. Intenta que la superficie del agua no quede por debajo de las boquillas de aspiración.

A continuación, debes limpiar a fondo la piscina y el filtro y después ajustar el PH de la misma en torno a un 7.0 y 7.2.

El siguiente paso es realizar una cloración de choque con la bomba en movimiento durante, al menos, 6 horas. Con esto, lograremos eliminar los microorganismos que hayan podido quedar en el agua.  Cuando pasen las 6 horas, vuelve a comprobar y a ajustar el PH del agua otra vez en torno a 7.0 y 7.2.

En este momento, debes de añadir el producto invernador, teniendo en cuenta de que estás añadiendo la dosis adecuada. Este debe repartirse bien por toda la piscina y, por ello, deberías mantener el filtro en funcionamiento.

Debes proteger la bomba de la depuradora, cubriéndola con un material aislante debido a que las tuberías de su instalación pueden sufrir daños por heladas durante los días más fríos del invierno.

Si añades unos flotadores que, por ejemplo, pueden ser algunas botellas o botes de productos químicos rellenos de aire evitarás que se produzcan placas de hielo durante el invierno.

Y, si tienes una lona o un cobertor de piscina no debes olvidarte de utilizarlos, ya que evitará que se acumulen hojas, ramitas, insectos, suciedad y evitará la evaporación. Además, recuerda que debes utilizar el producto invernador dos veces mientras dure la temporada de invierno

Existen tres tratamientos distintos para realizar el invernaje. El tratamiento con cloro es similar al que se realiza para mantener el agua durante el verano, pero es un poco más fuerte y su duración es mayor.

El segundo tratamiento es el combinado y se considera más ecológico, ya que no utiliza cloro, sino otros productos invernaderos complementarios. Y, el tercer y último tratamiento es el de paro, que es indicado para zonas de heladas intensas. En este se utiliza el producto invernador para que no proliferen las algas para poder vaciar la piscina a las puertas de la temporada de verano.

Invernaje: 5 errores que debes evitar antes de comenzarlo

Vaciar la piscina por completo

Es uno de los pensamientos más extendidos, pero, aunque parece tener toda la lógica que si la piscina no se usa hay que vaciarla, esto es un grave error. Como hemos comentado al inicio del artículo, vaciar la piscina completamente es contraproducente, ya que pueden deteriorarse las superficies de la piscina, tanto las paredes como el fondo. Así, es bastante fácil que aparezcan grietas y deformaciones debido a que el agua ejerce la presión suficiente como para mantener la piscina por sí misma.

Empezar el invernaje demasiado pronto o demasiado tarde

Hemos comentado antes que para iniciar el invernaje, la temperatura del agua debe situarse por debajo de los 15ºC. Si la temperatura es más alta cuando empezamos el proceso, cabe la posibilidad de que comiencen a proliferar algas y bacterias. Esto tampoco puede hacerse demasiado tarde, ya que es imposible de hacer cuando llegan las heladas.

Empezar la temporada de piscina demasiado tarde

Al igual que hemos dicho sobre que empezar el invernaje demasiado pronto, cuando la temperatura es inferior a los 15ºC no es buena idea, también es un error empezar la temporada demasiado tarde. El agua subirá por encima de los 15ºC y empezarán a proliferar algas y bacterias. Así que, cuando se destape la lona, no estará en condiciones para que nadie se pueda bañar.

No añadir al agua de la piscina el producto de invernaje

Hemos dicho que el producto de invernaje se utiliza para ayudar a prevenir la aparición de algas, bacterias y sedimentos en las paredes de la piscina. Si se te olvida añadirlo, costará muchísimo la puesta en marcha de la piscina de cara a la época estival, ya que necesitará una limpieza más a fondo. El producto debe aplicarse justo después de la limpieza a fondo de la piscina y tras comprobar el ph del agua.

Dejar puesta la cubierta de burbujas

La cubierta de burbujas puede ayudar a mantener la temperatura del agua un poco más alta durante la temporada de verano si las noches son frías. Además, protege de la caída de insectos, ramas y suciedad cuando no se está utilizando la piscina.

Sin embargo, la cubierta de burbujas está exclusivamente pensada para ser utilizada durante el verano. Ya que no soporta las bajas temperaturas ni las heladas y se romperá. Por ello, es mucho más recomendable que utilices una lona pensada para la época invernal.

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