imagen procedimiento para la cloración

Qué es la cloración salina

La cloración salina es un método de tratamiento de piscinas mediante el cual, los cloruros presentes en el agua, se convierten en cloro como resultado de un proceso electrolítico. Es decir, obtenemos el cloro directamente del agua.

Se trata de un método libre de productos químicos, que aporta, como veremos, numerosas ventajas con respecto a la cloración convencional.

Cloración salina ¿cómo funciona?

Antes de explicar cómo funciona la cloración salina, os contamos los productos necesarios para llevarla a cabo.

En primer lugar, habremos de comprar la cantidad necesaria de sal marina para piscina (en Kg.), en base a la proporción de 4/5 gramos x litro de agua de la piscina. Se trata de una medida estándar, por lo que recomendamos seguir el manual de instrucciones del clorador salino. La sal marina para piscinas se puede adquirir en un mayorista de sal local o en una tienda de productos de piscinas.

A continuación, habremos de adquirir un reductor o aumentador de pH según la dureza del agua de la zona. Para averiguar esta condición del agua, haremos una prueba con el reactivo y la probeta. Este método nos permite conocer si el agua es demasiado dura (mucha cal) o blanda (poca cal).

Para llevarlo a cabo, necesitará 1 probeta y 3 tipos de reactivos. La probeta puede adquirirse en cualquier ferretería y/o grandes superficies, y es la que nos va a permitir medir el valor del pH. Por su parte, los 3 tipos de reactivos se dividen en:

  • 1 bote de tiras reactivas para comprobar la tenencia en sal del agua, es decir, para saber si el índice de sal en el agua es correcto
  • 1 bote de tiras reactivas para comprobar el pH
  • 1 bote de tiras reactivas para comprobar la producción de cloración salina (electrolisis)

Estos 3 botes de tiras reactivas, podrá encontrarlos en tiendas de productos químicos para piscinas.

Una vez dispongamos de todo lo necesario, lo primero será regular el pH, haciendo una prueba con la probeta. Si el índice de la probeta da un resultado superior a 7,2, habremos de añadir reductor de pH al agua. Si el índice está por debajo de 7,0, añadiremos aumentador de pH. El tratamiento del agua mediante clorador salino depende del ajuste del pH. Si no está bien equilibrado el pH, el clorador salino no actuará correctamente.

A continuación, te contamos los pasos a seguir:

Paso 1:

Una vez el pH del agua esté regulado, se deberán echar los sacos de sal al agua de la piscina, rajando primero las bolsas de plástico. Después de 24 horas y, una vez las bolsas de plástico hayan subido a la superficie del agua, remover la sal depositada en el fondo del agua con la ayuda de una escoba y dejar reposar 4 horas más.

Paso 2:

Una vez la sal esté totalmente diluida, primero, encender el clorador salino, regulando el nivel de producción medio y, segundo, encender la depuradora, dejándola actuar durante 6 horas para que produzca electrolisis (cloración salina). Transcurrido ese tiempo, haremos una prueba de nivel de cloración salina con las tiras reactivas para la producción de cloración salina

Paso 3:

Si el nivel de cloración salina indica 1,5 PPM – tal y como lo especifica el manual – el equilibrio de cloración salina será perfecto. Si el índice es inferior a 1,5PPM, la depuradora y el clorador salino habrán de actuar más horas para aumentar la regulación de producción del clorador. En caso de que el nivel sea superior a 1,5 PPM, bajaremos la producción del clorador.

Se trata de encontrar el equilibrio entre las horas de depuradora y regulación de producción del clorador.

Cloración salina ventajas

La cloración salina tiene grandes ventajas, las cuales engloban aspectos como la salud, la sostenibilidad, el ahorro energético y la seguridad.

Por lo que respecta a nuestra salud, a diferencia del cloro, el agua ligeramente salina no irrita nuestros ojos, piel o mucosas. Además, es un antiséptico natural que inhibe la aparición de microorganismos.

Si hablamos de ahorro energético y sostenibilidad, el consumo eléctrico que se deriva de la cloración salina es el equivalente al de una bombilla eléctrica de bajo voltaje. Además, el sistema economizador de agua permite un ahorro del 5% del volumen total de la piscina.

Por otro lado, los consumidores también veremos un ahorro económico significativo, ya que el coste de cloración salina es prácticamente nulo en comparación con el desembolso continuo que supone la compra de cloros químicos.

Además, el mantenimiento de piscinas de cloración salina tan solo precisa de comprobación mensual de la alcalinidad, con un comprobador específico que mida los niveles. La alcalinidad total, debe comprobarse al menos una vez al mes y se debe mantener entre 120 y 150 mg / L (120 PPM 150 PPM) para obtener un equilibrio correcto de agua.

Consulta nuestro catálogo de cloradores salinos para piscinas y ponte en contacto con nosotros si tienes alguna duda:

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